jueves, 3 de abril de 2014

Como empezar a tener una vida sana.




La mejor forma de ver la vida.


En estos días de primavera empezamos a pensar ya en el buen tiempo, el sol, la playa. Y en nuestra mente se disparan las alarmas de las dietas exprés, de cómo conseguir reducir esos kilos de más. 


En Metzli estamos a tu disposición para diagnosticar tu caso y orientarte de forma personalizada a recuperar tu peso y tu figura con el apoyo de dietas sanas y equilibradas. Hacemos hincapié en la importancia que debemos darle a nuestra salud. Estar sanos es la base de estar bellos. Por lo tanto, cuidado con esas dietas “milagro” que no lo son y perjudican nuestro organismo.


Después de consultar a varios dietistas y nutricionistas hemos contrastado que no existe una dieta mágica, una pócima secreta o un alimento completamente prohibido.


Y con toda la información recibida te explicamos varios puntos que te ayudaran a corregir tu alimentación y conseguir una buena forma de ingesta de alimentos.

Lo primero que todos nos comentan es la necesidad de que la alimentación sea ordenada y se acompañe de agua. El agua en todas las entrevistas es la palabra que más se repite. 

El agua constituye más de las dos terceras partes del peso del cuerpo humano y, sin ella, los seres humanos morirían en pocos días. Todas las células y órganos dependen del agua para su funcionamiento.

El agua sirve como lubricante y es un componente de la saliva y los líquidos que rodean las articulaciones. El agua regula la temperatura corporal a través de la transpiración y también ayuda a prevenir y aliviar el estreñimiento al movilizar el alimento a través de los intestinos.

Aunque no existen investigaciones que identifiquen la cantidad exacta de agua que se debe tomar, los expertos usualmente recomiendan tomar de seis a ocho vasos de agua diariamente.


Y después, lo más importante es la cantidad y las veces que aportamos a nuestro cuerpo alimentos.


Los expertos en nutrición recomiendan, siempre, hacer entre cuatro o cinco comidas al día: el desayuno, el tentempié, la comida, la merienda y la cena. Si lo prefieres puedes planificar tus menús semanalmente y cuando hagas la compra prepara una lista en la que no falten alimentos de los siguientes grupos: hidratos de carbono, proteínas y vitaminas.



Algunas investigaciones han demostrado que si la cantidad de alimentos que conforman un dieta se consume en una sola ingesta se gana peso por lo que la absorción de nutrientes no es tan efectiva. Así, los mismos estudios han demostrado que distribuir las necesidades alimentarias en varias comidas al día ayuda a controlar el peso corporal.








1 kcal es la cantidad de calor necesaria para elevar en un grado centígrado la temperatura de un litro de agua. En dietética se usa la "kcal 15", que es la cantidad de calor precisa para elevar la temperatura de un litro de agua de 14,5 a 15,5 grados centígrados.



Los expertos en nutrición recomiendan que, en caso de no requerir una alimentación especial, se deben incluir diariamente alimentos de los siguientes grupos: leche y derivados lácteos; cereales, derivados y legumbre; verduras y hortalizas; frutas; carnes, pescados y huevos; grasas y aceites.





¿Sabes cómo repartir la ingesta de alimentos a lo largo del día?



El gráfico de la alimentación te orienta sobre el porcentaje de energía que es recomendable consumir en cada colación. Tus necesidades energéticas han de cubrir tres puntos básicos: las necesidades de mantenimiento, las de costo de la actividad física y el efecto térmico de los alimentos. 








Cada persona tiene unos requerimientos nutricionales específicos llamados DRI (Dietary Reference Intakes) o Ingesta Dietética de Referencia. Recopilan las cantidades recomendadas para distintos nutrientes con el fin de prevenir deficiencias que provoquen enfermedades nutricionales. Están establecidos para grupos de personas sanas; no están dirigidas a las necesidades individuales ni a las personas con requerimientos especiales y son valores orientativos.


En cualquier caso toda dieta tiene que estar regulada y vigilada por una persona cualificada, para que nos aconseje a lo largo de lo que dure y aconsejarnos o modificarla si es necesario.


Así, también  nos recomiendan acompañarla de ejercicio diario para que el resultado sea más óptimo y satisfactorio.

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