Llegan las vacaciones y el tiempo en familia es más valioso.
Es importante organizar el tiempo libre de nuestros hijos, para que sea de
aprendizaje y esparcimiento. Recuerda que el descanso no significa no hacer
nada, sino hacer cosas diferentes.
Las visitas a lugares de diversión como parques, museos o
tiendas son buenas opciones; pero también hay otras alternativas que muchas
veces descartamos por miedo a viajar con nuestros niños pequeños, como a otras
ciudades o a lugares lejanos.
Ya sea en coche o en avión, hay tres cosas que harán del
viaje un sinónimo de diversión para todos y no de estrés para ti. Planifica Haz
una lista de actividades a realizar cada día. Esto no debe ser estricto o
inamovible y te ayudará a tener una visión clara de qué preparar para cada día
y cómo enfrentar imprevistos.
Práctico y sencillo Que este sea tu lema a la hora de
preparar la ropa y los utensilios que usarás. No te compliques llevando cosas
innecesarias "por si acaso", y piensa en las cosas que puedes obviar
si tendrás tiendas o facilidad de comprar esas cosas en tu lugar de destino.
Recuerda contemplar juguetes que tus hijos puedan necesitar,
ya que en niños pequeños tener algo que les recuerde a casa, cuando están en
lugares extraños y nuevos, les da seguridad y tranquilidad. Pide ayuda
Involucra a todos en casa en el proceso de preparación.
Esto los entusiasmará y hará del proceso algo emocionante.
Además la ayuda nunca cae mal y, quién sabe, quizá se te ha escapado algún
detalle y los niños te lo harán evidente. Lleva siempre a la mano cosas básicas
como agua, algunas golosinas fáciles de comer y medicinas por alguna
emergencia; y disfruta de tu familia. No todo saldrá perfecto, pero lo más
importante es hacer de cada momento único e inolvidable para todos.
Disfruta del verano y no que el verano disfrute de ti.
Las casas de verano suelen ser con familias al completo y
ahí es donde está el problema, que si la infatigable suegra , el cuñado de
turno, la prima que nadie aguanta o los sobrinos que sólo saben gritar a la
hora de la siesta. Y está claro que con este panorama, uno desea volver a la
rutina, pero de nada sirve cargarse de estrés y no aprovechar una ocasión ideal
para pasarlo bien y disfrutar con aquellos con los que si nos apetece pasar
unos días diferentes.
Hasta para estas situaciones, es importante el protocolo, de
hecho, creo que es vital, porque debemos seguir unas normas, si no queremos
fastidiarlo todo y volver al trabajo peor de lo que nos fuimos. Lo primero que
tenemos que hacer es mentalizarnos de la importancia que tiene cultivar la
paciencia. Esto es un consejo que debemos seguir, porque de él puede depender
el camino que tomen los acontecimientos. No entrar en discusiones ni en
polémicas puede ser el mejor de los aciertos, intentando siempre estar en un
segundo plano y manejar la sartén por el mango. Si no entramos en
provocaciones, no entraremos al trapo, que es de lo que se trata. Sí, sabemos
que resulta difícil, cuando la convivencia no es del todo agradable, pero se
puede. Lo más importante es pensar que sólo serán unos días y no podemos
permitir que crispen nuestros nervios. Nosotros en nuestro sitio.
Otro detalle importante es la conversación previa que
tenemos que tener con nuestra pareja, lo cual significa que, si viajas en
familia al completo, tenéis que sellar previamente vuestros ratos de intimidad.
Cumplir con la familia está bien, pero las hay tan pesadas e intensas que
pueden terminar por tener un gran peso en nuestra relación y eso es lo que
tenemos que evitar a toda costa. Es natural que
haya situaciones en las que haya que cumplir o no podamos evitar, pero
de ahí a pasar todo el verano cargando con todos los miembros al completo, hay
un abismo. De eso nada. Si vais en pareja, hay que buscar tiempo para estar
solos, para dar un paseo por la playa, para ir a tomar algo, para ir a cenar
juntos, porque no podemos perder la cabeza y siempre hay que recordar que hemos
elegido a la otra persona, no a toda su rama sanguínea. Si delimitamos estos
puntos, de entrada, puede ser mucho más fácil convivir con más gente, sobre
todo, si nuestra pareja ya está al corriente de nuestra opinión sobre nuestras
“vacaciones”.
La suegra, ese ser con opinión. Sí, lo sabemos, ellas
siempre saben de todo y siempre tienen algo que opinar, pero no podemos dejar
que nos afecte, lo mejor es prestarles atención y aplaudir sus propuestas,
siempre sin asegurar que vayamos a cumplirlas. Estos días en los que las
familias se reúnen, muchas suegras del mundo aprovechan la ocasión para
intentar apropiarse de los hijos, es como un volver al pasado para ellas. Esto
suele pasar, no es nada grave, pero en este caso son los hijos los que tienen
que poner una barrera para no desesperar a la pareja. Escuchar y afirmar suele
ser la mejor respuesta en la mayoría de los casos, así terminamos antes y nos
ahorramos un culebrón. Se llama técnica del sí pero no, que ellas crean que sí y
nosotros hacemos el no.
Planear con la pareja
actividades sin comentarlo en público. Esta puede ser una buena opción
para escaparnos de la casa, sin que nadie se apunte al plan y sin tener que dar
demasiadas explicaciones. Por supuesto, hay que matizar que estamos dando
indicaciones para aquellos que se encuentren con familias insufribles, que si
el caso es todo el contrario, pues ala, a disfrutar todos juntos. Si no es tu
situación, ésta puede ser otra solución a tus problemas. Planea actividades cada
vez que puedas, y hazlo sólo con tu pareja. Lo ideal es planear el día fuera,
ya sea en la playa, o visitando algún lugar, etc. Si se sale temprano, mucho
mejor. Y si están todos dormidos, mejor aún. Se deja una notita y se toma rumbo
al nuevo destino.
Ser impulsivo en estos casos, no siempre es bueno. Hay que
pensar dos veces, aunque lo que tú quisieras fuera contestar un improperio,
sabemos que no es buena idea. Hay que aprender a morderse la lengua, total, si
lo hacemos a diario, en miles de situaciones, qué más da probar una vez más…
además, probablemente, decir lo que piensas caiga en saco roto, así que no
merece la pena hacerlo. Sé inteligente y sopesa tu respuesta.
Recordad. No hay pasos exactos pero lo más importante es:
paciencia, no entrar al trapo, pensar las respuestas antes de darlas, buscar
nuestra parcela de intimidad, hablar con la pareja previamente sobre el enfoque
que queremos dar a las vacaciones, hacer la táctica del “sí pero no” con la
suegra, cuñado o primo molesto y planear actividades lúdicas en pareja y sin
decir nada. Esto no asegurará el verano de vuestra vida, pero al menos ayudará
a que no sea “el verano”. Sigue estos consejos
y recuerda la frase que dice un proverbio persa: “La paciencia es un
árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces”…
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